En el éxito de poseer al otro está la supervivencia. La suya. La de todos. Dividir al general lubianko en partes iguales, saciar el hambre. Vestirse con sus ropas. Más tarde, una bolsa negra. Dejar que los demás compañeros hagan lo que también consideran como propio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
La voz de los prisioneros, aquí: